El maestro Joaquín Sabina reflexiona acerca del oficio de vivir.
«Uno se conoce a sí mismo y sabe lo fácil que es resultar herido, sobre todo si uno se emplea a fondo. A mí me gusta comer de verdad, beber de verdad, besar de verdad, hablar de verdad, enamorarme de verdad y cuando pones tanto en todas esas cosas lo más normal es que salgas lleno de cicatrices. Son pruebas de que has vivido».
IMAGEN TOMADA DE LAS REDES SOCIALES.
«Lo mejor para la salud y la gimnasia mental es un cierto desapego».
«Creo que soy bastante pesimista con la cabeza, es decir no creo prácticamente en nada y sin embargo tengo un corazón optimista que me hace levantar por las mañanas y no parar de hacer cosas. Entre esa bipolaridad me he movido toda la vida».
«El abandono, el desamor, todas esas cosas que hacen sufrir tanto es un terreno donde florecen las mejores canciones. Las canciones más hermosas son las más tristes».
«Soy muy obediente a lo que dicen las musas, pero las musas son muy traidoras y generalmente se acuestan con Serrat y no conmigo».
«El mundo que quisiera pintar sería no perfecto, porque sería aburridísimo. Lo que más me gustaría es que fuera imprevisible, donde la costumbre no fuera tan polvorienta y no se acumulara tanto, donde no existiera la rutina. Y desde luego, sin relojes».
«Me siento constantemente en deuda con la vida, con los amigos, con el público, con mi novia, en deuda con casi todo. Yo soy muy “sufridor”, siempre considero que tengo que hacer mucho para ganarme un beso».