“Vivo absoluta y radicalmente al margen de la tecnología, no tengo ni teléfono móvil, ni redes sociales, ni computador, ni automóvil. Soy un tipo de otro siglo, no me interesa nada de ese mundo del chismorreo cibernético, nada. Lo único que leo son los periódicos.
Prohíbo a toda la gente que viene a mi casa que utilicen sus móviles mientras cenamos. Puedes tener seis invitados y seguramente en algún momento todos ellos estarán tecleando al mismo tiempo. Siempre les digo: “Hola… ¡Estoy aquí!”. Esto es una locura… Me compré mi primer móvil hace tres años, y ni siquiera lo tengo conmigo hoy. Lo he dejado en casa.