En el año 1986, el maestro Joaquín Sabina publica su libro: “De lo cantado y sus márgenes”.
“Son las canciones que yo consideraba más dignas de leer sin música y tres o cosas más que se quedaron sin llegar a hacer canción o poema”, explica el maestro.
«UN DÍA el vecino de la casa de enfrente desapareció, dejando una mujer joven cargada de chiquillos.
Cada mañana cuando a medio vestir descorro las cortinas y me desperezo, la mujer del vecino de la casa de enfrente desde el balcón me clava sus grandes ojos tristes empapados de deseo.
Bastaría un gesto suyo para tenerme en su cama cada noche, pero si nos cruzamos por la calle la mujer del vecino de la casa de enfrente ni siquiera me saluda.
Como es una esposa respetable la mujer del vecino de la casa de enfrente se morirá sin decirme una palabra.