«Tengo en mi casa un reproductor de música y de vez en cuando escucho a José Alfredo Jiménez, y entonces me dan ganas de quemar todas mis canciones. Lo que hizo con sus temas me emociona muchísimo, aunque descubrí tarde su nombre, sus canciones las oía desde que tenía menos de veinte años, pero no sabía que eran de él, cuando me enteré me volví loco por él».