El maestro Joaquín Sabina reflexiona sobre la vejez y concluye: “Cuando les cuenten que envejecer es una cosa fantástica… mienten como bellacos”.
«Ya no le temo a vejez, me cuesta mucho y en eso estoy, escribir sobre lo bueno y lo malo, más malo que bueno, que es envejecer, el deterioro, perder a los amigos, esas cosas que pasan a partir de cierta edad. No le tengo miedo a la vejez, me encuentro totalmente resignado… lo peor es perder amigos cada día».
«No le tengo miedo a la vida, le tengo miedo al envejecimiento y a la decrepitud. Quien ha tratado de vivir la vida intensamente como he tratado yo, no le tiene miedo a la muerte. Aunque no le tengo miedo a la edad, el paso de los años es inevitable».
«Me duele más la muerte de un amigo que la que a mí me ronda».
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«Desde el observatorio de mi casa la fiesta se resfría».
«Estoy muy enfadado con la edad, porque me han desaparecido un montón de amigos que eran fundamentales y queridísimos para mí. A esta edad se te empieza a morir gente alrededor muy querida, no quiero seguir hablando de esto, pero fundamentalmente esa es la razón de mi enfado con la edad».
«Confieso mi terror al deterioro, al cáncer, al olvido, a la vejez, duelos que se maquillan por decoro, dicen que por la boca muere el pez.
Me flaquean las piernas frente al toro de la yihad y aunque, más de una vez, he presumido de bajarme al moro, me declaro culpable, señor juez.
Mientras las musas no me den la espalda brindaré bajo un pliegue de tu falda por Dylan, por Brassens, por José Alfredo.
Y seguiré cantando y blasfemando contra todos los dioses, celebrando las ganas de vivir, muerto de miedo».