Sobre el post de la autoestima

“Creo que para la mayoría, la autoestima es la confianza que profesamos. Esa seguridad suele vincularse a nuestro aspecto físico, a nuestra inteligencia, a nuestra profesión… es más, el materialismo es una de las monedas de cambio más comunes para obtener autoestima exprés en nuestra sociedad.
El amor propio, sin embargo, es algo mucho más profundo. Se trata de aceptarnos tal y como somos, de forma incondicional sin que exista ninguna necesidad de esconder ni desconectar de nuestro ser. Nuestro valor se desliga de nuestras circunstancias. Es un sentimiento de libertad por el que nos sentimos capaces de cuidarnos, de responsabilizarnos de nosotros y de ser dignos de amor y de felicidad. Es un compromiso donde nos mueve un deseo sincero por darnos amor a nosotros y a los demás. Es un proceso en el que nos es posible fluir sin miedo y conectar con el prójimo con honestidad y una generosidad genuina. Es un nivel de consciencia donde hemos hallado la fórmula para servir a los demás.
Por lo tanto, considero que se puede tener una gran autoestima y que esto no implique ningún tipo de amor propio. Sin embargo, el amor propio sí implica de forma inherente la autoestima.
Vivimos en una sociedad de los sucedáneos. Perecemos ante el camino más corto, divertido, cómodo o placentero. El amor propio conlleva, generalmente, un incómodo proceso de introspección y autoanálisis que pocos están dispuestos a emprender.
El concepto de autoestima para mí ha cambiado en los últimos meses. Ahora se centra, por un lado en la confianza, en que voy a ser capaz de lidiar con la vida y ser capaz de aprender con lo que me acontezca. Por otro lado se relaciona con la humildad para saber cuándo necesito pedir ayuda a los demás.
Solo podemos experimentar nuestro amor. Podemos reflejar el amor que otros nos profesan, pero el amor siempre es algo que emana de nuestro ser. Si no sabemos amarnos, no nos es posible amar. Cuando hay amor propio no hay apego, ni dependencia. Amar deja de ser un trueque.~SQ✍🏻