IMAGEN TOMADA DE LAS REDES SOCIALES.
“¡Cacereñas!, ¡Cacereños! / Señoras y caballeros, / máscaras y chirigotas, / vecinos y forasteros: / Escuchad lo que un cantante / andaluz y madrileño / viene a deciros con aires / de ripio, más que de verso.
No hubo tierra que conmigo / tuviera tan alto gesto, / ni juglar tan orgulloso / de ser vuestro pregonero. / Vecinos de esta ciudad / que la humanidad ha hecho / patrimonio suyo a golpe / de historia y de monumentos.
Orgullo de Extremadura, / disfrutad, que estáis a tiempo / de estas fiestas recobradas / que tantos años prohibieron / los que ganaron la guerra, / los que la paz impusieron. / No les gustaba que el joven / se disfrazara de viejo, / de preñada la doncella / ni de arzobispo el obrero.
Temían que las alegrías / descontroladas del pueblo / ensuciaran las moquetas / de sus palacios de invierno. / No les gustaba la risa, / ni el sonido del pandero, / ni el vino, ni los placeres / de las carnes y de los besos. / Hablaban siempre del alma / y despreciaban el cuerpo / y condenaban la vida / a las llamas del infierno.
Devotos de Don Carnal, / de corazón os deseo / que gocéis del Carnaval/ que olvidéis, por un momento, / el paro y el terrorismo, / el desamor y el dinero, / las churras y las merinas, / la oposición y el Gobierno.
Que se retuerza en su tumba, / de risa Lucio Cornelio, / que las torres desmochadas / máscara de terciopelo / se pongan para mezclarse / por una vez con el pueblo. / Que hagan honor los Golfines / a su nombre cacereño.
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Cuchufletas y charangas, / envidia de belloteros, / improvisadas comparsas, / amigos del pitorreo, / cuando llegue la Cuaresma / mejor que nos coja en cueros / jugando con la parienta / el más dulce de los juegos.
Pasad de tanto chantaje / que a la hora del entierro / más vale muerto de sida/ que virgen, y en un convento. / Bebed, bailad, disfrutad, / disfrazaos de bomberos, / de payasos, de piratas, / de romanos, de toreros, / de fantasmas, de vampiros, /de travestis, de flamencos; / pero, por favor, amigos, / nos os disfracéis de Tejero / que las bromas se hacen veras / y nos joden el invento.
Que las mujeres se pongan / miriñaques y bragueros / y antifaces en la cara / y bigotes, y ligueros, / y se disfracen de hombres / y hablen como camioneros / y se dejen abrazar / por los brazos del dios Eros.
Si te gusta tu vecina, / tírale ahora los tejos; / si estás harta de tu marido / disfrázalo con dos cuernos / y entre tortas del Casar / y tragos de cañameros / celebremos que ha pasado / por fin la cuesta de enero.
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Que corra el mosto y la risa / la amistad y el cachondeo, / enrollaos y pasaos / por unos días al menos / que el dios Baco pide marcha / cada año por febrero.
Huyan todas las tristezas, / las envidias, los celos; / colocaos, como dijo / aquel alcalde tan Tierno, / que de otras colocaciones / más bien pocas nos trajeron / aquellos que prometían / ochocientos mil empleos.
Trasnochad y no dejéis / de mover el esqueleto / al ritmo de alguna orquesta, / que la música es “pa” el cuerpo / el licor más exquisito / el más sabroso alimento. / Nietos de conquistadores, / gozosos carnavaleros, / cuando enterréis la sardina / enterrad con ella el muermo, / las rencillas, los odios, / los malos humos y el miedo. / Y puestos a desear / quiero deciros que quiero / para vosotros un mundo / más humano y más fraterno, / un horizonte más limpio, / un Almaraz sin veneno / nuclear en vuestros campos, / un ayuntamiento menos / excelentísimo y más / solidario y callejero, / una autonomía más vuestra, / un Cáceres menos seco, / más cachondo y una vida / a la medida del pueblo. / Que el miércoles de ceniza / no sea tan ceniciento / ni tan santa la Semana / Santa, ni tan siniestro / el futuro que preparan / políticos y banqueros.
Y ya termino, que es hora / de bailes más que de versos. / Pero no habrá despedida / sin deciros, resumiendo, / que tengáis un Carnaval / tabernario y nocherniego / feliz y despreocupado / de prejuicios y complejos. / Ciudadanos de esta tierra / donde nadie es forastero: / Máscaras y chirigotas, / señoras y caballeros, / acompañadme en el grito: / Viva Cáceres, orgullo / de Extremadura y España. / ¡Viva el Carnaval del pueblo!”.
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