“En el costado izquierdo
según se sube, al lado de la pena,
el transistor machaca una canción
“she loves you yé” que escapa,
que aflora entre la equis,
los unos y los doses imprevistos
del equipo local que,
con más clase,
sin embargo, ha perdido
demoliendo
tantas torres de naipes, tantos sueños
de quinielista provinciano y triste
que tendrá que volver a la oficina
el lunes a las nueve
como cada semana, renunciando
por lo pronto a la boda con smoking
y a la “luna de miel” en Maracaibo…
Que todos los domingos, mientras tanto,
tras peinarse hacia atrás una esperanza
y enjabonarse urbanamente el gesto,
tras ponerse derecha la sonrisa
de cuello arriba, por el lado izquierdo,
lleva a su novia al cine
donde explora
con estéril pasión sus blandos senos
dos horas, mientras Claudia
Cardinale, Las Vegas, el Ferrari
le hacen volver al dos (¿será posible
que un penalti deshaga tantos sueños?).