“Ni ando con putas ni vivo a la orilla del infierno, de nada tengo nostalgia, de casi todo me acuerdo, la hipoteca del olvido, el noveno mandamiento, la firma de un servidor, convicto pero inconfeso.
Sí, pequé, no me arrepiento.
Traficante de mentiras, ni tan joven ni tan viejo, reloj no marques las horas del pretérito imperfecto que en calle melancolía lo último es lo primero”.
LIBRO: A VUELTA DE CORREO: SABINA EPISTOLAR. 2007. EDICIONES ESPECIALES. PP. 390.