«Si tienes principios no es difícil. Si no te mantienes fiel, es que no tenías principios. Krahe decía: “No hay que no querer venderse, hay que no saber”. Y a mí me encantaría que viniera alguien a ofrecerme una cosa muy vil y muy inmoral por muchísimo dinero, pero nadie ha venido nunca».
«No me gusta la gente sin principios, me gustan los que tienen un código feroz y terrible».