Sí, tengo miedo a envejecer; no temo a la muerte y menos a la vida, esa la disfruto mucho. Yo le tengo miedo al deterioro, no me imagino ciego como Borges sin poder leer, ni que me ayuden para ir al baño, aunque para eso se ha inventado el suicidio, un acto de libertad al cual no pienso recurrir».