Tiempo después Joaquín se presentó en “La Mandrágora” con Javier Krahe al que había conocido en la noche madrileña. Krahe, a su vez, invitó al local a otro músico amigo suyo, Alberto Pérez. El boca a boca convirtió aquel garito en una sala de culto en la capital. Los tres conjugaban en su actuación la canción de autor más pura -con versiones de clásicos como Brassens y Dylan- y el humor inclasificable. CBS, en vista del tirón, decidió grabar un disco en directo que recogiera una de aquellas noches.