“Joaquín Sabina elevó el arte de escribir canciones en español a alturas inesperadas, creando un universo musical caracterizado por su poesía excéntrica pero sencilla y sus agudas observaciones sociopolíticas que han influido a varias generaciones. El lanzamiento de su segundo LP, Malas compañías (1980), causó sensación con temas eternos como «Calle Melancolía» y «Pongamos que hablo de Madrid». Su dinámica mezcla de folclor, rock, balada bohemia, un estilo de interpretación con dejos de blues, su complejo sentido del humor y una habilidad asombrosa para expresar sentimientos complejos en sus letras, lo hacen inmensamente famoso en España y Latinoamérica y a la fecha, activo como siempre, le siguen al menos tres diferentes generaciones”.