Yo soy uno de aquellos, ustedes se acordarán, que nunca sé creyó que los gringos llegaran a la luna. Nuestro sueño era llegar a Luna Park. Así que este es el octavo milagro, porque ya llevamos ocho noches, seguramente de las más felices de nuestras vidas porque en ningún lugar del mundo, y sé bien de lo que hablo, hay un público tan hospitalario y cómplice.