“Un día estábamos grabando la canción “Es mentira”. Pancho y yo amamos mucho a Charly, y comentamos que esa canción tenía algo de él. No pasaron dos horas y (Andrés) Calamaro llama por teléfono diciendo que Charly estaba en Madrid. Me puso con él y le dije: “Te vienes para acá a grabar”. Llegó, entró al estudio como va él, que parece que va nadando en el aire, se sentó, y le puse adelante la canción, que nunca había visto.