¡Qué bonita era, por dios, por dios, jesuspordiós…
No recuerdo el tiempo que tardé en hacerla, pero sí recuerdo que a los pocos días llamé a Pedro y le dije “¡la tengo!”. Pedro se vino a mi casa y le canté Ruido con la letra original hecha por él. Cuando estaba a punto de acabar el estribillo me paré y le dije la verdad con desesperación. “Aquí me paro porque no sé cómo seguir” …había hecho la música de la canción entera menos un verso. Ni siquiera recuerdo qué verso era. O sea, había hecho una música preciosa para una letra preciosa y me faltaban 4 segundos de canción por resolver y no sabía cómo hacer…Pedro me sacó de ese atolladero y lo que propuso nos valió.
Pocos días después fui a los viejos estudios del CES en la calle Aravaca 20 de Madrid. En aquella época hacíamos canciones como churros. Yo, cuando tenía unas cuantas, me iba al estudio de mi amigo Francisco para enmaquetarlas porque me hacía un precio estupendo. Allí grabábamos la maqueta en un día o dos y me volvía a mi casa tan contento con mi DAT o mi casete o mi CD.